Dice la Real Academia que un vademécum es un libro de poco volumen y fácil manejo, que contiene las nociones y datos básicos de una disciplina. La palabra viene de vade-mecum, ve conmigo.
Recuerdo cuando fuimos padres jóvenes, cómo echábamos de menos que al menos el primer hijo, viniera con un libro de instrucciones. Ese libro de instrucciones sigue haciendo falta para la gestión de nuestro propio tránsito por la realidad. Si lo imagino como un conjunto de axiomas, de principios o de reglas básicas de juego, simplificaría las decisiones. Ejemplo: aquel para quien decir la verdad es un principio importante, no tendrá dificultad en resolver la pregunta ¿Y ahora qué digo? Siempre su respuesta será: diré la verdad.
Escribo esto porque me resulta útil. Sé que no está completo y aspiro a completarlo. Lo publico porque me parece que puede ser útil a otros.
- Somos seres perfectibles. Hoy somos como somos, pero podríamos ser mejores.
- Podemos elegir desplegar nuestro ser. Se puede considerar que nuestro ser, lo que somos dentro de la realidad, es invariable, o que puede cambiar, realizarse más plenamente. Una u otra posición tienen consecuencias diferentes.
- No somos omnipotentes. Nuestra acción, nuestra influencia, los resultados esperados tienen límites.
- Somos creaturas. Hemos sido creados, en el sentido de que no nos hicimos a nosotros mismos y lo que somos es el resultado de múltiples y a veces desconocidas contribuciones de otros.
- Nuestro desarrollo personal es gestionable. No es algo que dependa exclusivamente de las circunstancias, sino que hay acciones de nuestra parte que pueden cambiarle la dirección o la intensidad.
- Somos parte de comunidades. Tenemos la forma de existencia que tenemos, porque tenemos las relaciones interpersonales que tenemos. Sin la pareja, sin los amigos, sin las conexiones sociales que tenemos, seríamos de otra manera. Es obvio que nuestra posibilidad de amar depende de estas relaciones con los demás. No es tan obvio, pero va teniendo gran respaldo científico, que hacer cosas por los demás, tiene relación con nuestra propia felicidad. Aquí se anclan virtudes de valor universal como la solidaridad, la compasión, la empatía y el amor.
- Eso que sostenemos de nosotros, hemos de aplicarlo a los demás. Esto que alguien afirma de sí mismo, aplica a todos los seres humanos.
- Cada uno, con su libertad, está inmerso en circunstancias internas y externas que nos condicionan como oportunidades o como limitaciones. No somos como productos en serie que salen de una línea de montaje, sino que cada uno de nosotros es una realidad singular.
- Nuestra energía, física, psíquica, emocional es limitada, pero es mayor que lo que pensamos. Continuamente nos sorprendemos haciendo lo que creíamos que no éramos capaces de hacer. Aprender es ir adquiriendo habilidades o talentos
- Nuestras capacidades son desarrollables. Existen formas mejores y peores de aprender y son mejores o peores en función de nuestras características personales. Nuestros talentos son mejorables, pero hoy, son lo que son.
- Nuestro tiempo y nuestros talentos son datos. Ni estaremos aquí para siempre, ni tendremos siempre los mismos rasgos personales favorables que hoy tenemos.
¿Cómo convendría que lidiáramos con esas realidades?
- Con aceptación en presente y con aspiración de mejorarlas a futuro. Reconociéndolas, ajustando nuestra acción a ellas y sus consecuencias. Aprovechándolas.
- La incertidumbre del futuro se puede aceptar con fatalismo -todo será como será-. O se puede enfrentar con espíritu de aventura: no sabemos cómo será el futuro, pero lo miramos desde la posibilidad de que sea agradable o sea que tenemos expectativas positivas.
- El barrunto -realidad para algunos- de que estamos diseñados para obtener felicidad a partir de lo que hagamos por otros, podría constituir una prueba de la importancia del amor en nuestro desarrollo y felicidad.
- Tenemos una tendencia a economizar dimensiones. En la mesa de cirugía somos un cuerpo. Cuando tropezamos y caemos, somos una porción de masa sujeta a la gravedad, igual que una piedra. Estas son circunstancias excepcionales. Fuera de ellas, somos más que eso. Somos seres multidimensionales, afectados por la física, la fisiología, nuestra mentalidad, nuestra emocionalidad y nuestra espiritualidad.
- Todo puede ser para bien. Esperanza es mirar como posible lo positivo y no rendirse antes de tiempo.
Otros artículos relacionados