Ingeniería del valor

Ahora los jeeps son autos de lujo. En 1941 cuando fueron a la guerra, eran vehículos muy simplificados, totalmente adaptados al trabajo que estaban llamados a hacer. No tenían puertas, ni techo, ni cajuela. Su compensación era escasa, su confort interno muy reducido. Nada de tapiz. Todos los mecanismos accesibles para un mantenimiento fácil. Fueron diseñados específicamente para su función, para ir a la guerra. Y entonces eran capaces, según la Wikipedia, de operar como vehículos artillados, transporte de municiones y taxi. El jeep es un buen ejemplo de un ejercicio que podríamos plantear de la siguiente manera: La esencia de un automóvil es tener su propia fuente de movimiento y servir para transportar personas. Tomemos un automóvil común y corriente y preguntémonos ¿Qué cosas podríamos eliminar, sin que pierda su esencia?

¿Para qué podría servirnos un ejercicio como ese? Existe una práctica que se denomina análisis del valor o ingeniería del valor. Dado un diseño de un objeto u artefacto, conviene preguntarse si la función que desempeña, es decir el valor que aporta, podría obtenerse a menor costo. Piense en el jeep. ¿Se abarataría su costo sin perder su función si en vez de chapa de acero, construyéramos su cuerpo con tubos? ¿O es la chapa totalmente esencial para evitar que el barro interfiera con su funcionamiento?

Un ejemplo de aclaración de la esencia que me parece extremadamente preciso es el de la tijera. Las tijeras originales eran totalmente de un metal de alta calidad que tuviera las condiciones adecuadas para ser afilado y mantener el filo. Pero posiblemente alguien pensó de esta manera: en realidad, las superficies de corte están solo a un extremo de cada hoja de la tijera. ¿Por qué construir los brazos de la tijera, los cuales incluyen las manijas, de un material de alta calidad? Y diseñaron esas tijeras escolares que tienen su cuerpo de plástico y de acero de calidad solo tienen las superficies de corte. Eso mantiene la esencia pero simplifica y reduce el costo de la tijera.

Y aquí llego a aplicaciones que son más importantes que jeeps y tijeras. En una situación de apagón educativo, es decir, como solución de emergencia ¿Qué le podríamos quitar a los programas vigentes para que chicos y docentes pudieran aprovechar mejor su tiempo y su energía en aprender a aprender? Podemos pensar que no importa que no aprendan una cantidad de contenidos. Lo importante es que aprendan a aprender. Luego, a lo largo del camino se podrían ir encontrando con contenidos relevantes, los cuales podrían aprender por sí mismos, porque aprendieron a aprender. Así estaríamos enviando a la guerra, jeeps y no automóviles. Luego, en tiempos de paz, volveríamos a fabricar automóviles. Pero según entiendo, ahora no producimos ni lo uno ni lo otro.

Y otras preguntas: ¿Cuál es la función esencial de la CCSS, mejorar la salud o curar enfermedades? ¿Se podría desarrollar de mejor manera la función preventiva? ¿Hay una seguridad social esencial que no es negociable? ¿Qué se puede podar en los gastos de la seguridad social para mantener robusto lo esencial?

¿La función esencial del ICE-Energía es generar electricidad o procurar el abastecimiento de energía al menor costo? Si así fuera, ¿Por qué es el ICE tan reacio a comprar energía a terceros? ¿Lo hace porque está alimentando prácticas o renglones de gasto que no son esenciales?

¿La esencia del ICAA es producir y bombear agua y procesar excretas o contribuir a la salud a un costo social adecuado? ¿Se distrae de lo esencial por atender lo accesorio? ¿Cuándo surgiera una crisis de agua potable, lo encontrará concentrado en su esencia?

Recuerdo que cuando se hablaba de crear el IMAS, lo que se quería era instalar un ente gestor de la solidaridad privada. Yo me lo imaginaba más como un ente procesador de información que como lo que es hoy. Pienso que, por esa razón, al crear el IMAS se le puso una cláusula de extinción, o sea, no se lo creó para que existiera per secula seculorum, sino que se le señaló un final. Ese era el momento de analizar si el IMAS estaba efectuando bien su tarea esencial.  Cuando se acercaba esa fecha final, la Asamblea Legislativa, o consideró que había razones de fondo para que el IMAS siguiera existiendo, o resolvió superficialmente que era mejor no hacer olas, y le dio vida eterna. Pero el análisis sigue siendo necesario ¿Hace el IMAS lo esencial, o dedica recursos a lo accesorio?

Casi en general, las entidades públicas y privadas nacen como un proyecto con una finalidad esencial. Luego aparece la tentación de irse llenando de personas y con ellas, de aspiraciones de poder, de intereses individuales y grupales. Eso perturba el alcance de lo esencial. Como si el jeep, en la Segunda Guerra Mundial, hubiera querido convertirse en automóvil y no hubiera querido apegarse a su esencia.

Lo que para las personas físicas contiene el conócete a ti mismo, se puede transformar en qué es lo esencial, para entidades públicas. Claro que alguien podría comentar que lo esencial de una entidad pública es lo que diga la ley, a lo cual se podría replicar que las leyes son reformables porque siempre son mejorables.

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