Este es el resumen del video a continuación: La historia, la prospección de futuros, la presencia, la transformación de conflictos, la ingeniería, la política, y quizás casi cualquier otra rama del quehacer humano, tiene un vínculo estrecho con el concepto del tiempo. Hemos escuchado que el pasado no lo puede modificar nadie. Tal vez sí podemos modificar algunos pasados. Por ejemplo, en procesos de paz que tienen comisiones de la verdad, ejercicios formales del perdón y dinámicas de reconciliación. También tenemos claro que el futuro no existe. O que cada persona lo va co-creando en cada momento que va tomando una acción. Como decía Gandhi, “seamos el cambio que queremos ver en el mundo.” En la antigua Grecia se referían al tiempo con dos conceptos: el chronos se refiere al tiempo medido con un reloj. La única y verdadera igualdad entre todos los seres humanos es que el día de cualquiera de nosotros tiene las mismas 24 horas, y cada hora tiene los mismos 60 minutos. Por otro lado, el kairos significa la medida subjetiva y cualitativa que le damos al tiempo. En un minuto, una nadadora completa una competencia para la que se preparó por quince años y le depara una medalla olímpica. En el mismo minuto, podemos transportarnos a un espacio desconocido e indescriptible mientras besamos a nuestra persona amada. Ambos conceptos componen una matriz llamativa que permite identificar actividades de bajo tiempo y alto impacto, y otras de alto tiempo y bajo impacto. El principio de Pareto sugiere que el 20% de nuestro tiempo (chronos) produce el 80% de nuestro impacto (kairos). Sería interesante explorar si este principio aplica a la forma como estructuramos nuestra agenda semanal, diseñamos nuestros días, comparecemos en nuestros oficios y profesiones.
Video conversación: Chronos y Kairos
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