Este es el resumen del video a continuación:
¿A quién le toca liderar el futuro? ¿Quién se encarga? ¿Quién es responsable? ¿A quién le pido cuentas? El futuro es un bicho raro: sabemos que llegará pero nos comportamos como si la cosa no fuera con nosotros. Todavía quedan culturas indígenas en el planeta que tenían un precepto que hoy podríamos clasificar como ético, divino, comunitario, de liderazgo, que consistía en medir cada acción presente en función al impacto que tendría seis generaciones en el futuro. Ninguno de nosotros conocerá a ningún descendiente de sexta generación. Familias longevas, como la nuestra, tuvieron cinco generaciones vivas. Hubieran hecho falta dos más para que la abuela hubiera conocido a esos descendientes. Eso es difícil de imaginar. Más fácil es entender que la nuestra es la sexta generación descendiente de nuestros ancestros. También existen países cuyo nivel de desarrollo es causa y consecuencia de una capacidad de planificación y de diseño de políticas públicas que prioriza el bienestar presente y también retroalimenta el bienestar futuro de quienes vendrán. Eso es sostenibilidad, que tiene que ver bastante con la forma como nos relacionamos con la naturaleza, pero también la forma como nos relacionamos con nuestra gestión humana presente. Cuánto contaminamos, adónde acumulamos basura, cómo evoluciona nuestra expectativa y calidad de vida, cuánto tienen los que menos tienen y cuánto necesitan los que más necesitan. Otra de las particularidades del futuro es que nos llega a todos al mismo tiempo: el 30 de junio del 2050 llegará para todas las personas que se encuentren vivas en ese momento. Es obvio que el nivel de bienestar y riqueza individual que tengamos en esa fecha será diferente para cada individuo. Pero el nivel de prosperidad, que es un valor colectivo, será el mismo para todas las personas. Vivimos en un planeta profundamente insostenible, con indicadores globales respecto a capital natural que permiten diagnosticar una trayectoria de colapso para la civilización y sus prácticas actuales. Las preguntas que formulamos al principio todas tienen una misma respuesta: nosotros. En otras palabras, yo. El gran atributo diferenciador de nuestra especie humana respecto a todas las demás que han existido es nuestra capacidad de cooperar unos con otros en paz en procura de un mayor bien colectivo. Otras especies de alta evolución social no han logrado lo mismo que el ser humano, quizás en parte porque el “macho alfa”, en lugar de satisfacer las necesidades de los más débiles, busca cómo deshacerse de ellos lo antes posible. Creemos que no es cualquier futuro el que estamos forjando. Debemos forjar el mejor futuro posible para toda la humanidad y demás formas de vida. Algo menos que esa máxima ambición es una falta ética, de responsabilidad y de liderazgo de cada uno de nosotros.