Me ha parecido que el discurso de toma de posesión de la nueva presidenta de MIT, Dra. Sally Kornbluth es un ejemplo de una función indeclinable del líder, a saber, inspirar, entusiasmar, llenar de ilusión a las partes interesadas.
Como nueva presidenta inicia el desempeño de su cargo haciendo un llamado a la comunidad académica de su institución para unirse en el enfrentamiento de las crisis globales de esta era, incluido el cambio climático, el cual considera el reto más importante. Llama la atención su conciencia de estar liderando una institución la cual, sin hipérboles, puede contribuir a enfrentar esas crisis. En ello, muestra su convicción de que su cargo es uno de gran significado, lo cual es otra de las condiciones del liderazgo: mostrar con realismo y acciones la conciencia sobre la gravedad y las oportunidades de la tarea. “Espero inspirarlos a unirse a algo importante y novedoso”. Y su llamado no es a realizar cualquier tarea, sino que ha convocado “las habilidades características … (para) confrontar los más difíciles problemas de la sociedad”.
Al presentarla, en la ceremonia de toma de posesión de su mandato, la presidenta de la Universidad de Maryland señaló con razón que “Ella representa lo que la educación superior necesita en cuanto a liderazgo en este crítico momento en la nación y en el mundo: claridad, visión, coraje y humildad”
Aspira a crear un ambiente en el cual cada persona tenga la libertad y el apoyo para florecer y crecer “y en el cual todos tengan un sentido de comunidad, conexión y propósito compartido, vínculos que nos permiten ir más lejos y más rápido juntos de lo que ninguno de nosotros podría ir en solitario”. El suyo parece no ser un liderazgo carismático y menos populista, sino un ejercicio de sabiduría sobre lo que hace que las cosas marchen.
En el discurso la Dra. Kornbluth esbozó una visión entusiasmante: “En 2033 es razonable imaginar que la facultad y los estudiantes habrán desenmarañado intimidantes desafíos intelectuales, desde matemática hasta ciencia de los materiales, de planeamiento urbano a economía, de neurociencia a ingeniería nuclear, desde la física hasta la filosofía o las finanzas mientras también se habrá ayudado a la humanidad a enfrentar las fuerzas tectónicas de la inteligencia artificial, contenido sus riesgos y conducido su poder hacia el bien”. De todas las cosas que pudo haber dicho, de todos los retos que pudo haber planteado, ha tenido la sabiduría de plantear los más desafiantes y los de mayor impacto.
En una década habremos sido testigos de “un nuevo florecimiento de las humanidades y de las artes en el MIT, los campos que nos dicen lo que significa y por qué es importante, que somos seres humanos, campos que deben ser socios iguales para inventar un futuro justo, humano y equitativo”. Esto dicho en una de las mejores instituciones académicas de tecnología del mundo es un rayo de esperanza para los humanistas de aquí y de allá.
Apela a la “curiosidad sin límites” y de esta manera pone su mirada en lo que constituye la levadura de la investigación, de la ciencia y de la innovación tecnológica. No pide reformar estatutos, no plantea la necesidad de hacer algo inalcanzable, no pide unanimidades ni capital político, sino que señala lo esencial, lo elemental, lo que está al alcance de toda la comunidad.
La curiosidad es un concepto vital pero simple. Otros son más altisonantes, pero de ella depende la investigación, el arte, la ciencia y la técnica. La define como “la pasión por entender cómo las cosas operan y por qué y cómo pueden operar mejor”. La curiosidad es también una cualidad de enorme valor social. Lleva a las personas a apreciar al otro, sin importar las diferencias que puedan existir entre ellos. “La curiosidad es el único camino para entendernos, para empatizar, apreciarnos y tenernos respeto mutuo. Es el indispensable primer paso para colaborar y vivir en comunidad”. Y así, abre las puertas a la curiosidad para que salga de los laboratorios y las salas de experimentación y vaya a fecundar las cotidianas relaciones interpersonales.
“Todo miembro de esta comunidad es una parte esencial del ecosistema que hace posible las disrupciones. Quiero que todos se sientan orgullosos de cómo esta comunidad se une para enfrentar los retos existenciales de la humanidad. Sé que me sentiré muy orgullosa de unirme a ustedes”.
Y así, toma posesión, y nos transmite una lección que, si la asumimos con la misma sabiduría y humildad con que ella la da, podría enriquecer nuestro liderazgo, sea éste de la importancia y consecuencia que sea.
NB. Contiene traducción libre de algunos conceptos de la nota publicada el 1º de mayo por Peter Dizikes de MIT News Office y comentarios del autor.
https://news.mit.edu/2023/join-us-something-important-and-new-kornbluth-inauguration-0501
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