Una de las etimologías atribuidas a la palabra abril es la de aperire, abrir, como ocurre con los tulipanes en Europa. Varios días no son y una mañana te sorprenden con la colorida floración. Esperamos las lluvias. Esperar es apostar a que el futuro llegará. Sembrar es esperar. Primero los brotes y luego los frutos. Con las lluvias, los retoños. La falta de lluvias detiene el crecimiento. Tras la sequedad, la renovación.
Y en el terreno espiritual. ¿Cuál es la época seca? ¿Cuándo es mayo en lo espiritual? ¿Hacia dónde mirar? ¿Cuáles pre-condiciones cultivar? ¿Se trata de eliminar los defectos, de corregir los errores o de aprovechar las oportunidades? Siempre es mayo.
La visión que parece más constructiva es la de aprovechar las oportunidades. Y esto ha de partir de la convicción de que siempre existe posibilidad de mejorar porque no somos perfectos. Desde luego con el grano de sentido común de considerar que nunca podremos serlo y que entonces, unos mejoramientos son más viables de realizar. Otros son extremadamente difíciles de lograr. ¿Qué hacer con los difíciles? Recordemos el consejo: si lo intentas, quizás. Si no lo intentas, jamás.
Algunas buenas prácticas son en primer lugar, dosificar los esfuerzos. Conviene dirigirlos hacia mejoramientos que tengan un mayor impacto esperado y una mayor viabilidad. ¡Para qué intentar cosas de poco impacto y de muy poca viabilidad!
Otra buena práctica es la de reconocer que los proyectos de mejoramiento no siempre son independientes, sino que están interrelacionados de una forma que ha sido acuñada en la frase de cambios que generan cambio. Si por ejemplo hacemos un mejor uso del tiempo, eso podría facilitar la utilización de ese extra-tiempo del cual dispondremos en aprendizajes, en cultivar relaciones interpersonales nuevas y fecundas o en prácticas de mejoramiento de la salud física.
Somos orugas quienes algunas veces tenemos poca conciencia de la posibilidad de llegar a ser mariposas. O a veces, teniendo la conciencia de poder llegar a serlo, tenemos un concepto estrecho de lo que es una mariposa. La mariposa no es solo un insecto que vuela, porque entonces una mosca sería una mariposa. Una mariposa es más que eso. Luce sus colores. Poliniza. Tiene una gran amplitud de desplazamiento. Enriquece los entornos con su vuelo y con su colorido. Por eso, los sueños de mejoramiento deberían comenzar por la enumeración de las múltiples dimensiones que tiene un ser humano. No somos solo agentes productivos o acumuladores de conocimientos. Nuestro ser en comunidad puede ir desde ser buenos vecinos, hasta ser buenos líderes de corto o largo radio de acción, de corto o largo impacto en el tiempo.
El pueblo judío, dice el relato, camina cuarenta años hacia la tierra prometida. La frase paulina del hombre nuevo, lleva inspirando el mejoramiento más de dos mil años. Abril y la primavera del hemisferio norte, son todos los años una invitación a reconocer la inconmensurable potencialidad de los seres humanos. Que la ilusión que esto despierta no nos aleje del realismo de reconocer las dificultades ni nos quite la esperanza de que paso a paso, esto es posible.
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