Este es el resumen del video a continuación:
2x2x2x2x2x2x2, o “2 a la sétima potencia”, es el número de diálogos que cumplimos hoy. No sería hijo de mi padre si no me percatara de semejante acontecimiento. Lo iba a comentar al introducir el diálogo, pero lo olvidé. Así que aquí va una presentación distinta. En 1985, mi padre “me regaló” el libro El hombre que calculaba. Lo anoto entre comillas porque también era un regalo para sí mismo, de poquísimos que le he visto darse. Es más, diría que era más un regalo para él que para mí. Pero por supuesto, a mis once años tener un regalo de mi padre era todavía algo muy transaccional: el padre te da regalos. Pero los regalos de mi padre, desde siempre, fueron excepcionales. Y este no lo fue menos. La vacación antes de entrar al sexto grado me leí el libro. Cada corto capítulo, sin excepción me causó una fascinación absoluta. Quería leer más. Sé, sin temor a yerro, que con ese libro me enamoré perdidamente de las matemáticas. Le agradezco a mi padre haberme presentado a tan gran amor. En este diálogo hay algunas referencias adicionales a nuestra relación de padre e hijo, una que me ha acompañado desde antes de nacer y que me ha cultivado quizás más que ninguna otra. Feliz mes de cumpleaños, Papá, y feliz mes de la Patria.