El lunes siguiente

Hoy es lunes post elecciones. En las últimas publicaciones he compartido con ustedes algunos de mis puntos de vista políticos, pero hoy querría hacer un paréntesis de silencio al respecto.

El día fue nublado. Parece que se nos avecina la estación lluviosa. Los yigüirros comenzaron a cantar el 15 de marzo y en algunos nichos ecológicos, parece que hace días que el sonido de las chicharras es intenso. Ya es abril. Los estudiantes volvieron a clases. En muchas empresas se ha regresado al trabajo presencial. Los atardeceres son luminosos. El sol es remolón para dejar de iluminar. Estamos a siete días de la Semana Santa. Y con la Sele viva y lista para ganarse el pase hacia Catar.

El domingo hice un recorrido por San José y alrededores. Observé una gran diferencia entre la animación del día electoral de la primera ronda y hoy. Al igual que en ese día de la primera ronda, minutos antes de las seis de la tarde, Febe Cruz, Jefa de Información de Noticias Monumental, anunció el cierre de las urnas, y no sé si hizo accionar la sirena de la radio o reprodujo su sonido, pero fue emotivo escuchar la sirena señalando que en ese momento terminaba el proceso de votación. Y luego, cantamos el Himno Nacional, saboreando sus intensas imágenes. Tanto ella como su compañero de cabina afirmaban que ya en ese momento, teníamos presidente electo. Todo lo que faltaba era el conteo de los votos. Pero ya los votantes se habían pronunciado. Buena práctica esa de Monumental.

Ahora a esperar los resultados aritméticos. Luego tendremos cuatro años para esperar los resultados reales. Colaboremos en lo que podamos con el nuevo gobierno. O por lo menos no contribuyamos al ruido negativo. Busquemos formas de mejorar nuestra participación ciudadana. Mantengamos la alerta para vigilar el buen funcionamiento de los poderes de la república, pero alejémonos de la negatividad y del rotundismo. Nada va a ser totalmente brillante ni totalmente opaco profundo. Arrimemos el hombro para que algunas cosas sean más brillantes de lo que iban a ser. Cumplamos con alegría las tareas de cada día y de esa manera estaremos contribuyendo al bien común.

No todos vamos a ganar. No todos vamos a perder. Pero contribuyamos de alguna manera a que haya más ganadores y a que las pérdidas se concentren menos entre los perdedores de siempre.  

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