Aceptación del encargo

Soñé que era domingo 3 de abril. Estaba viendo en la televisión los resultados de las elecciones. Muy temprano, estaba claro quién había ganado. Y me interesaba seguir sintonizado para escuchar el discurso que acostumbra a hacer esa noche el Presidente Electo. Lo iba a escuchar, con respeto y algo de solemnidad porque estos hitos de la vida institucional siempre me han conmovido. Los preámbulos no están claros en el sueño, pero sí el discurso. Dijo así: 

“Hemos ganado las elecciones. Sé que con su voto no me están reconociendo talentos excepcionales. Simplemente, tenían que escoger y escogieron. Así que más que orgulloso, me siento abrumado por su decisión. Estoy conmovido por la esperanza que ustedes han puesto en mí. Pero no he ganado aún la posibilidad de conducir al país desde la Presidencia. Eso todavía tengo que ganármelo. Soy realista. Más de la mitad de los ciudadanos en este momento no están contentos con que yo haya sido favorecido en las urnas. Algunos tal vez esperan que yo fracase en mi labor para que sus partidos vuelvan a tener otra oportunidad dentro de cuatro años, como si todos no nos perjudicáramos cuando el Poder Ejecutivo no toma las medidas adecuadas para resolver los problemas y aprovechar todas las oportunidades que tiene el país. Vengan. Hagamos causa común. No será posible que todos me acepten, pero los necesito a todos empujando la carreta.

Una de mis mayores contribuciones, será entusiasmar a los habitantes. No prometo que todo va a ser un camino de rosas. Habrá que hacer cosas difíciles. Habrá ganadores y habrá perdedores. Pero me propongo que ni los perdedores ni los ganadores sean los de siempre. En lo que mis capacidades alcancen, me propongo disminuir la desigualdad. Tengo amigos. Agradezco a los amigos que me ayudaron en esta campaña. Pero no gobernaré para su beneficio.

Reconozco que tengo cuentas éticas que pagarle al pueblo de Costa Rica. Reconozco mis defectos y mis errores. Solemnemente pido perdón. Haber sido elegido a pesar de ellos, me llena de humildad y de responsabilidad. Intentaré corresponder al apoyo recibido, velando porque el gobierno que encabezaré mantenga una firme aspiración hacia la excelencia y hacia el impacto positivo de sus resultados. Y en cuanto a mí, me comprometo a aprovechar esta distinción que se me ha hecho para mantener un continuado esfuerzo de mejoramiento personal. De este esfuerzo forma parte el estar alerta sobre las tentaciones del poder que perjudican la institucionalidad y la democracia, como el creer que se tiene más poder del que se tiene, la arrogancia de no escuchar o de creer que siempre se tiene la razón o el querer rehuir las inevitables dificultades o amarguras que un alto cargo conlleva.

Un esfuerzo preferente que hará el nuevo equipo de gobierno será restaurar la fe en la democracia. Reconozco que la causa principal del deterioro de esa fe es la corrupción a la cual no la miraré como una falta sino como un atentado contra la democracia. En los primeros días de la administración expondré los mecanismos mediante los cuales aseguraremos el control de la corrupción. Me esmeraré por mejorar el nivel de eficacia de la administración pública, por promover la valoración de la democracia, por escuchar y no gobernar de espaldas al bien común, por respaldar mis acciones en la información adecuada, pugnar por convertir esa información en conocimiento y mantener la aspiración de que el conocimiento no se quede ahí, sino que se corone como sabiduría. Quiero restaurar la confianza en el estado y sus instituciones. Ni el estado ni sus instituciones nacieron ayer. Ellos son una creación eficaz de la humanidad y de generaciones de costarricenses, pero con frecuencia, quienes los conducimos, perdemos el camino y nos olvidamos de que la institucionalidad se debilita si los habitantes dejan de apoyarlos. Yo necesito su apoyo para nuestra institucionalidad y me desvelaré por obtenerlo.  

Pido la ayuda de la Asamblea Legislativa, a todas las fracciones, para que como parte del control político nos hagan llegar ideas que se sumen a las que tenemos, para proscribir la corrupción y para aumentar la eficacia de la Administración Pública. Ese es un camino para revitalizar el entusiasmo por las instituciones democráticas, venido a menos según lo muestra el alto abstencionismo. Control no es solo mirar por encima del hombro de quien está haciendo para poner el grito al cielo cuando se desvía. Control es crear las condiciones para que ocurra lo deseable. Y lo deseable para mí y para el gobierno que encabezaré, es el beneficio para la mayoría y que los costos sean los menores y afecten a los menos.

Este nombramiento me obliga a gobernar sin arrogancia, a dedicar toda mi atención a ampliar mi conocimiento de la realidad política e institucional del país y a renunciar a la demagogia a la cual pude haber recurrido en el fragor de la campaña electoral. Vengo a ofrendar mi trabajo, mi imagen, el capital político que pueda tener, para hacer un gobierno que no calcule ni regatee lo que es necesario hacer para mejorar el bien común.

Costa Rica es un país ejemplar en el mundo, porque tiene una serie de condiciones para serlo.  Unámonos en torno a ellas, robustezcamos las existentes y desarrollemos otras. Encaminémonos hacia consolidar nuestra esencia y ofrecerla al mundo. Desde nuestras particulares circunstancias como nación, tenemos la oportunidad de liderar ideas y buenas prácticas que beneficiarían a la humanidad. Para tener éxito como portavoces de este país, mis colaboradores y yo tenemos la obligación de ser ejemplares, a pesar de nuestras falencias.

Sé que después de una campaña política agria como ha sido esta, solo la hidalguía y la esperanza del pueblo de Costa Rica, podrán restaurar a corto plazo la ilusión y el entusiasmo que son indispensables para progresar en un mundo convulso y lleno de sombras. En este empeño les pido que me consideren como un ciudadano más a su servicio.

Así me reconozco. Como un servidor público y no como un monarca ni como un iluminado”.

Así terminó mi sueño. Y así podría comenzar otro.

Otros artículos relacionados


Publicado

en

,

por