Toda organización humana es una empresa. No es su fin lucrativo lo que determina su carácter. Una empresa es un emprendimiento y lo sigue siendo por el resto de su existencia. La empresa cuyos colaboradores paran de emprender reducen la viabilidad de la organización a futuro. La falta de espíritu emprendedor en una organización contribuye a aumentar la burocracia lo cual atenta contra la dinámica de la institución en procura de su propósito o misión. Comprender al Estado y a sus instituciones públicas como organizaciones humanas con propósitos y fines, así como la necesidad de que sus colaboradores activen su espíritu emprendedor, es vital para que el quehacer del Estado sea sostenible o, mejor aún, regenerativa. No hacerlo conduciría a un Estado hacia el colapso. La pregunta es dentro de cuánto tiempo sucedería esa ruptura.
Conversación: empresa humana
por
Etiquetas: