Hay grupos trabajando sobre cómo salir de este impasse en el cual nos encontramos. Parece loable la disposición del Poder Ejecutivo de escuchar al mayor número de personas y agrupaciones, pero no debe haber duda sobre la responsabilidad que ese poder tiene en la búsqueda de soluciones, como representantes electos que son. No debe quedar la menor duda de que el ejercicio no es un ejercicio de gobierno participativo sino de gobierno representativo que escucha. Y tampoco debe quedar la menor duda de que la última palabra la tiene el Congreso como representante del pueblo. En cuanto a los participantes, deberían tener esperanza en lo que la generosidad individual puede lograr para el bien común. El problema hace miope nuestra visión. Tendemos a ver lo que falta, lo que está mal. Pero el país tiene potencialidades para producir, a partir de los sacrificios de hoy, cosechas abundantes mañana.
El próximo miércoles se resolverá sobre sus reglas de juego. ¿Cómo deberían ser esas reglas de juego? Lo que sigue no es exhaustivo y posiblemente es mejorable:
- No deben diluir la responsabilidad del Poder Ejecutivo. Ahí reside la autoridad como para formular una propuesta para presentarla al congreso y eventualmente a entidades financieras internacionales.
- Deben partir de un planteamiento claro del problema y del propósito del ejercicio. El propósito supongo que será obtener múltiples opciones de solución.
- El Poder Ejecutivo debe señalar los lineamientos de política que quiere seguir. Ejemplo: priorizar a los grupos más pobres; no dejar el problema medio resuelto; no patear la bola hacia adelante.
- El Poder Ejecutivo debe señalar las tendencias de cambio que están en marcha y con las cuales la solución debe ser coherente.
- El Poder Ejecutivo debe plantear con claridad el problema a resolver.
- La dinámica del encuentro debe propiciar la construcción de confianza y el afán de logro.
- Las reglas deben estimular la expresión de necesidades, intereses, visión sobre el problema, sobre el país y producción de opciones de solución. A veces la opción es inviable, pero la visión atendible.
- Deben abrir espacio a las ideas innovadoras.
- El ejercicio debe ser limitado en el tiempo.
- La metodología debe promover la concisión y evitar repeticiones innecesarias, reiteraciones, “empantanamientos”.
- Los productos de la mesa deben articularse en un todo integrado. Eso es más útil que un picadillo de ideas.
- Las recomendaciones y opciones de solución que se produzca no deben ser vinculantes para el Poder Ejecutivo, pero la desestimación de las que cuenten con amplios consensos (mayorías especiales a determinar) debe ser debidamente razonado.
- El Ejecutivo no se verá obligado a aceptar resoluciones de la mesa de diálogo que sean contradictorias con normas constitucionales, con conocimientos científicos o técnicos o con experiencias ampliamente aceptadas. Doy ejemplo de recomendaciones que no deben ser aceptadas por el Poder Ejecutivo, aunque cuenten con cómodo apoyo en la mesa:
- Las que causen deterioro del bien común.
- Las que nieguen o minimicen la existencia del problema o su gravedad.
- Las que no sean coherentes con las tendencias de cambio que están en marcha en el mundo o con la emergencia climática.
- Las que constituyan soluciones a muy largo plazo.
- Las que constituyan privilegios o perjuicios unilaterales o ad hoc.
Tengan presente quienes tienen el honor de participar en estos encuentros, que podrían estar inaugurando una nueva forma de participación en la acción política. Podrían estar creando un precedente que no solo nos saque del problema, sino que robustezca nuestra exitosa institucionalidad.
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