Un plan importante

Como país, tenemos derecho a congratularnos por la forma en que las autoridades han abordado esta crisis, y por la forma como hemos procedido como sociedad. Eso nos debería llevar a la conciencia de que somos capaces de logros que ahora ni siquiera imaginamos.

  • Muchas personas, están sufriendo el impacto de esta pandemia. En su salud y en su bienestar material. El gobierno y las familias sufren un serio impacto económico. Recursos nacionales escasos se han tenido que utilizar para atenuar los efectos de la crisis en los más vulnerables. Ingresos a los que estábamos acostumbrados, se han perdido.
  • Nunca habíamos tenido una crisis de estas dimensiones. Algunos sostienen que el virus no se marchará. Que tenemos que aprender a vivir con él. Otros sostienen que otros virus o mutaciones nos visitarán en el futuro. O sea, que volveremos a situaciones como esta. Y encima de todo, tenemos anunciado otro lúgubre visitante futuro: la agudización de la emergencia climática.
  • Por eso, algunas personas dicen que después del confinamiento, saldremos a un mundo nuevo, como la palomita que Noé envió a explorar después del diluvio. Todo se verá igual, pero será diferente. Todos seremos diferentes porque esta experiencia nos habrá marcado.
  • Se ha constituido un grupo de economistas para hacerle recomendaciones al gobierno. Su trabajo será técnicamente muy bueno. Pero el presidente debe agregarle lo que le falte para ser políticamente excelente. ¿Por qué el plan de acción que el gobierno aplique no debería ser solamente económico?
  • Hemos sufrido esta gran crisis, juntos como sociedad. Nos hemos visto vulnerables, como individuos y como sociedad nacional y planetaria. Tuvimos que vivir sin cosas que nos parecían imprescindibles. Ha quedado en evidencia cómo en el sufrimiento, hemos sido diferentes. Unos, los más vulnerables, han llevado la peor parte. Como siempre. Y eso, es evitable.
  • Nos hemos enterado del privilegio de vivir en este país. Nos esperan dificultades después de la peste, pero no nos espera una hambruna como a muchos. Hemos tenido el tiempo y las circunstancias para revisar nuestras prioridades y reflexionar sobre lo que vale y no vale la pena.
  • Esta peste y las buenas circunstancias que nos han beneficiado, funcionan como “descongelante”, término técnico que Kurt Lewin señala como pre requisito del cambio. Por tanto, estamos listos para movernos hacia la resolución, la generosidad, la conciencia sobre el bien común. De no hacerlo, seremos culpables de sordera espiritual.
  • Un país es siempre un proyecto en construcción. Gobernar bien no es reducir el déficit a cero y tener un buen índice de popularidad. Es dejar al país mejor que como se lo encontró. Para eso, no basta con un plan económico. Esta es una buena oportunidad para plantearnos desafíos nuevos.
  • Cada uno de los habitantes debe vivenciar la responsabilidad que tiene en la construcción de este país. ¿Nos parece que una nación más inclusiva sería mejor? ¿Nos parece que un buen sistema de salud pública mejora la situación de los excluidos y de toda la población en general? ¿Nos parece que una buena educación pública contribuye a mejorar las perspectivas de los excluidos?
  • El plan de acción que el gobierno ejecute ha de estar apegado a las sanas prácticas que recomiende la ciencia económica. Pero debe contener unos elementos sociales, culturales y políticos que privilegien a los más vulnerables, tales como los siguientes:
    • Un compromiso fehaciente (esto es, que merezca fe, como un contrato o como una ley) de apoyar y hacer más eficiente el sistema público de salud.
    • Un compromiso también fehaciente, con el mejoramiento de la educación pública. No es necesario recordar que los resultados tan distantes entre educación privada y educación pública, están creando una brecha social a futuro. Si la educación pública es deficiente, silenciosamente, incesantemente, día a día -excepto en los días de vacaciones- estaría ensanchando la brecha social.
    • Como estado, en el frente sanitario, hemos demostrado ser más eficaces que otros estados del mundo. Festejemos estos logros, con un serio esfuerzo por aumentar la eficiencia del sector público.
    • Conduzcamos a cada habitante a un aumento de su conciencia y de su responsabilidad solidaria.
  • Preparemos al país para el regreso del virus. O para otro virus peor que este. Preparémoslo para el recrudecimiento de la emergencia climática. Que esos nuevos eventos nos encuentren más fuertes como país. Si ahora nos quedamos solo en lo fiscal y en la reactivación económica, le quedaríamos debiendo al país. Que lo urgente no oculte lo importante.

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