Un reto inesperado

Crezcamos con la crisis. Como personas y como país.

  • Un día habrá que comparar cómo nuestra seguridad social nos ayudó a transitar por esta crisis con mejores resultados que como lo hicieron otros países más ricos.
  • Entonces, en vez de mirarnos el ombligo y aplaudir, habremos de plantearnos ¿Cómo puede Costa Rica superar a Costa Rica? ¿Qué podemos aprender de la forma como los países afrontaron la crisis? ¿Cómo podremos aplicar estos aprendizajes a otros retos?
  • Hemos aprendido en pocos días, sobre el concepto complejo de la pandemia. ¡Qué lindo el futbol, pero durante estos días, hemos estado hablando de cosas más serias: virus, paciente 0, contagio, morbilidad, mortalidad, poblaciones de riesgo, teoría de colas (no importa cuántos habitantes se enfermen, lo importante es que no se enfermen todos a la vez), diagnósticos diferenciales (cómo saber primero si no es gripe corriente y cómo luego averiguar si es Covid 19), medidas preventivas (poco contacto, lavado de manos, protocolos para toser y estornudar)
  • Lección para expertos en educación: se aprende más fácilmente lo que es relevante, lo que tiene contacto con la realidad del aprendiente. Por eso la educación dual es tan poderosa: no se aprende en el aire. Se aprende lo que es útil para lo que se está haciendo.
  • ¿Cuando en unos meses regresemos a la normalidad, podríamos utilizar este silabario para impulsar como comunidad y como CCSS la salud preventiva?
  • También hemos tenido una buena exposición al enfoque sistémico: cómo todo está interrelacionado. Hemos visto las relaciones entre el virus y el precio de la gasolina, el teletrabajo, el consumo de jabón, la aplicación de innovaciones en las universidades, el desabastecimiento de ciertos bienes, el impacto sobre los hábitos sociales, el riesgo de que aumente la desocupación. Este virus nos ha hecho mirarnos, no solo como individuos sino como comunidad. Eso es útil para enfrentar el cambio climático. Y es útil para hacer más eficaces las políticas públicas, por ejemplo, sobre exclusión y pobreza.
  • Así como no queremos ni una sola defunción por el virus, nos debería doler la existencia de un solo excluido. Si la pobreza fuera contagiosa horizontalmente, le declararíamos una guerra a la pobreza. Pero solo es contagiosa verticalmente: se la contagian los abuelos a los padres y estos a sus hijos y a los hijos de los hijos. Un día tendremos conciencia de que la exclusión es una peste y accionaremos en consecuencia.
  • Tarde o temprano, vamos a tener que enfrentar el impacto pesado de la emergencia climática ¿Cuáles de las lecciones aprendidas en la lucha con el Covid 19 nos servirán en esa otra guerra? ¿Cuántos creen que la amenaza de esa guerra, por distante, es inexistente? ¡Sigan durmiendo de ese lado!
  • Ante este virus, ante la emergencia climática y ante la responsabilidad de vernos como nación, tenemos que partir de que todos estamos en el mismo barco. Eso demanda solidaridad. De nada me sirve llevarme todo el jabón de manos del super. Si ese desconocido a quien le gané la carrera hacia el estante, no se lava las manos debidamente, mi familia y yo enfrentamos un riesgo mayor.
  • Veo al Gobierno, luciéndose en cuanto a la transparencia de las acciones públicas que está tomando. Veo un gran reposo y prudencia en la toma de medidas. Se está razonando lo que se hace y lo que no se hace.
  • Evaluaremos la forma como se comunicó a la población lo que había que comunicar ¿Fuimos eficaces en esa comunicación? ¿Es una conferencia de prensa de dos horas el mejor medio? ¿Había expertos en aprendizaje en línea, encargados de mejorar esa eficacia?
  • Y para hablar de cosas feas, ¿Alguien se había puesto a pensar en cómo incidiría la falta de agua en una emergencia semejante a esta? ¿Pudimos haber solucionado hace dos años la falta de agua de este verano singular? Gobernar es prever. Es imaginar. Es visualizar. Es persuadir. Y otras cosillas.
  • Me pregunto cuál será el sentir de la población ¿Habrá mucha gente que piensa que la gravedad de esta situación desaparecerá en dos semanas? Hemos tenido la sensatez de apegarnos a las medidas preventivas hoy, pero ¿tendremos la fortaleza de mantenernos en pie de guerra por seis semanas, por tres meses? En los últimos 70 años no hemos tenido ninguna prueba que nos haya demandado tal fortaleza. No rehuyamos esa oportunidad.

Alvarocedeno.com

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