Aprender a aprender

Barbara Oakley hace varios años ha creado un curso, ahora disponible en español,  denominado “Aprendiendo a aprender”   https://www.coursera.org/learn/aprendiendo-a-aprender   el cual ha sido un verdadero éxito en Coursera.  La Dra. Oakley tiene varias presentaciones en la red, una de ellas bajo el mismo nombre, se encuentra en https://www.youtube.com/watch?v=m9wXxywLVtQ   El video toma unos 27 minutos y aquí se los resumo en cuatro.

Aprendemos con nuestras neuronas. ¿Qué ocurre en ellas para que aprendamos? Cuando estamos estudiando, nos ponemos en contacto con una serie de conceptos. Por ejemplo, en este momento, los lectores tienen estos conceptos: estudiar, aprender, neuronas.

Recordar esos conceptos no es aprender. Esos conceptos los recordamos mediante nuestra memoria de corto plazo, como recordamos todo lo que acabamos de escuchar o de ver. Según vamos estudiando, conviene ir convirtiendo esos conceptos aislados en cadenas de conocimiento. Eso es lo que hacemos cuando construimos con esos conceptos la siguiente cadena: Las neuronas son esenciales para que estudiar nos lleve a aprender. Esta cadena se recoge en la memoria de largo plazo. Por cierto, se afirma que lo que distingue a un experto, es la cantidad de cadenas de conocimiento que tiene almacenadas en su memoria de largo plazo. O sea que su cerebro no es diferente al de las personas comunes, sino que ha dedicado más tiempo y mejores estrategias a acumular cadenas de conocimiento.

Las neuronas establecen relaciones entre sí mediante las conexiones sinápticas: aprender algo, ya sea el teorema de Pitágoras o a andar en bicicleta, requiere que un conjunto de neuronas se haya interconectado. Por eso, sin ningún esfuerzo de recordación, en cuanto vemos un triángulo rectángulo ya empezamos a elevar sus lados al cuadrado. O en cuanto tomamos la bicicleta ponemos en acción los múltiples movimientos requeridos.

Entonces, ¿cómo estudiar? La Dra. Oakley, con fundamento neurocientífico, recomienda que leamos. Y que vayamos manipulando lo que leemos. Para ella, la mejor forma de aprender es recordar y poner en palabras lo que hemos leído. Esto es así porque la práctica fortalece las conexiones que las neuronas han creado. Aquí recuerdo a don Bernardo Alfaro, mi impactante profesor de matemática del Liceo. En su primera lección dijo: me comprometo a darle el año ganado a todo aquel que haga la tarea, no menos de 3 horas ni más de 8 horas después de la clase. Al respecto dice la Dra. Oakley, que si la conexión recién creada no se utiliza, el cerebro la borra.

Las conexiones entre las neuronas se deben a pequeñas espinas que empiezan a surgir en las dendritas cuando aprendemos algo, pero que terminan de surgir, mientras dormimos. Por eso la mejor estrategia es aprender en pequeños tractos que permitan tener horas de sueño entre las horas de estudio. Y de ahí la ineficacia de las maratones que hacen algunos estudiantes para estudiar muchas horas el día antes del examen. Esto sugiere que para un aprendizaje eficaz, los estudiantes deberían estudiar todos los días, varias asignaturas, tener una buena noche de sueño y volver a estudiar otro rato al día siguiente. Todo esto, como muchas afirmaciones de la neurociencia, son cosas que ya intuíamos o formaban parte de la sabiduría convencional. La diferencia es que ahora nos pueden mostrar evidencias de lo que les ocurre a las dendritas antes y después del sueño.

Otra afirmación importante es hacer ejercicio físico. Y aquí está la razón: el ejercicio físico nos hace producir BDNF (Brain derived neurotrophic factor), el cual sirve para promover la conexión entre neuronas.

Cierra la charla con una mención de Santiago Ramón y Cajal, neurocientífico español del siglo pasado, Premio Nobel en fisiología, quien se describía a sí mismo como lento para aprender, desventaja que lo había llevado a cultivar la persistencia, a la cual atribuía parte de su éxito. Su otra gran virtud intelectual, decía que era flexibilidad, la cual consiste, lo digo en mis palabras, en admitir que aunque veamos algo muy claro, existe la posibilidad de estar equivocados.

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