Desafío educativo

Con motivo del inicio del año escolar en los países del hemisferio norte, Peter H. Diamandis cofundador de Singularity University ha publicado en su blogA model for the future of education” con conceptos y perspectivas que ofrecen jugosas posibilidades de reflexión.

Comienza aludiendo a la gran cantidad de estudiantes que abandonan sus estudios y a la causa principal de que así lo hagan, que es el aburrimiento, procedente de contenidos faltos de pertinencia, metodologías didácticas del siglo diecinueve y la competencia de un mundo real que ofrece tantos retos y distracciones.

Sostiene que los siguiente elementos deberían estar presentes de manera intensa, transversal, en toda educación primaria: la buena comunicación entendida como la capacidad de formular relatos convincentes. Debería exponerse a los chicos a muchas experiencias a fin de que tengan la oportunidad de descubrir lo que los apasiona. Ofrecerles la oportunidad de ejercitar su curiosidad, concretada en el planteo de preguntas, la formulación de hipótesis y la experimentación, todo lo cual es el germen del espíritu científico.

Debe contener actividades para fomentar la reciedumbre y la persistencia. En un mundo en el cual se requiere que aprendan de por vida, estas virtudes son indispensables. Ponerlos en contacto con los fundamentos de las nuevas tecnologías exponenciales como la computación, los sensores, las redes, la inteligencia artificial, la manufactura digital, la ingeniería genética, la realidad virtual y aumentada y la robótica. Desarrollar su empatía, lo cual es indispensable para una convivencia más productiva.

Ha de infundirse en los chicos una brújula moral porque la nueva forma de convivencia que se ve venir, nos planteará demandas en ese sentido. Que el respeto al derecho ajeno es la paz ya no será simplemente una frase sino una regla de supervivencia, lo mismo que la conciencia de los efectos de nuestro comportamiento enel bien común, en aspectos tan críticos como el ambiente y la sostenibilidad.

Y para los conocimientos básicos de leer, escribir y calcular, recomienda la “clase invertida”, en la cual los alumnos hacen el esfuerzo de entrar en contacto con sus contenidos, previamente a encontrarse con el maestro, quien no explica, sino que motiva, aclara, organiza la convivencia de aprendizaje. La regla será, que el maestro no haga más esfuerzo que el alumno, como señala en otra parte Tracey Tokuhama-Espinosa.

Concluye Diamandis diciendo que todo lo anterior debe estar fundamentado en dos posiciones mentales: una de optimismo, de expectativa de que se puede, aunque de momento no se vea claro el camino; de conciencia de que a pesar de las malas noticias, el mundo mejora y está rumbo a ser un mejor hogar para el ser humano. Y otra de tolerancia por el error, lo cual anima a intentar y a tomar riesgos.


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