Consciencia y conmiseración

La acción humana pasa por cosas concretas. No podríamos salir a la calle si no nos atáramos los cordones de los zapatos.Pero pasa también por cosas trascendentes. Algunos hacen con cada día de trabajo, una adición a sus ideales oa su misión vital.Vemos Sanchos, viviendo vidas muy apegadas a lo visceraly no por eso menos humanos. Y otros Quijotes, levitando permanentemente tirados por el atractivo de sus sueños.

La sensibilidad de un artista, le hace percibir belleza donde otros solo ven formas y colores. El espíritu científico secuestra la mente de algunos y los hace oficiar permanentemente en el altar de la realidad, intentando con rituales de racionalidad, arrancarle sus reglas y sus excepciones.

El nivel de consciencia de unos los hace solidarios, compasivos. Les revela la estrecha interdependencia de todos los seres entre sí. La responsabilidad de todos con todos.El significado del amor como energía misteriosa que transforma a quien lo recibe y transforma a quien lo emite. Las múltiples manifestaciones del amor que van desde la mirada comprensiva o la sonrisa dulce y pueden llegar a pináculos como el de los que ofrendan su vida al servicio de los demás.

El desarrollo personal, ese camino individual a recorrer, si lo pudiéramos mirar, nos mostraría una gran variedad de estados. Unos van tan adelante. Otros están tan al inicio. Para unos, el tiempo alcanza para que aunque lentos, recorran un largo trecho. Para otros, el tiempo termina más pronto.

Si la consciencia aumenta, si avanzamos en el camino, al mirar atrás, el sentido de cosas que nos ocuparon intensamente la atención en el pasado, de pronto se destiñe y pensamos que esto, lo que nos ocupa hoy, se va acercando más a lo que vale la pena. ¿Será que igual que como adultos miramos con comprensión lo que amamos y quisimos de niños, un día miraremos con un poco de conmiseración por nosotros mismos la forma como recorríamos el camino en otros momentos, con otro nivel de consciencia?


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