Pienso en un mundo donde espíritu emprendedor no quiera decir solo inventar qué venderle a quien pase frente a la cochera y de esta manera hacer un beneficio. La maximización del beneficio, que ha sido algo así como la ley de la gravedad de la empresa ha traído una gran cantidad de bienes para la humanidad, pero su aplicación es para un ámbito reducido.La actividad estética regida por el máximo beneficio, dejaría de ser arte. La ética que se rigiera por el máximo beneficio, proscribiría la generosidad y posiblemente el bien común y dejaría de ser una orientación para un comportamiento de beneficio pleno. La maximización del beneficio individual, ahora que hemos tocado los límites del ecosistema, está cerca de convertirse en criminal.
Fue inhumano ocultar los efectos cancerígenos del tabaco. Es anti ético sustituir en los productos alimenticios, ingredientes más baratos que resultan perjudiciales para la salud. Es destructivo seguir atizando la pandemia de obesidad mediante ensordecedores sonidos publicitarios que para quienes estamos despiertos, son solo ruido. ¿Piensan los genios de la publicidad en el efecto secundario de sus campañas? Porque muchas campañas a uno le parecería que tienen el efecto secundario de trastrocar escalas de valores maduras y poner al destinatario a buscar, no lo que le conviene al bien común, sino lo que le conviene al publicista y a su cliente.
Apoyábamos un negocio de tienda al detalle, junto a un experto norteamericano retirado y una tarde, mientras tomábamos café, nos preguntábamos cuánto podríamos lograr si uniéramos nuestros talentos no para vender más sombrillas y más cosméticos sino para idear programas de vivienda popular, o de mejoramiento de la salud o de mejoramiento de la educación. Veo a los chicos iniciar con ilusión sus estudios de administración de empresas y me los imagino pensando en crear su propio negocio y así asegurarse el futuro. Vana ilusión para muchos. Y mientras, muchos proyectos de emprendimiento social esperan talentos que vengan a despertarlos. Muchachos: no reverencien el estado de resultados. Existen formas de darle sentido a su acción.