Entrenar para caer

Hablar de aprendizaje, no se limita al campo de la educación formal. Todos estamos aprendiendo siempre. Una de las destrezas que se deben desarrollar entre quienes están aprendiendo, es la actitud para lidiar con sus errores, con sus fallos; de emprender vías que podrían no dar fruto, porque los problemas que nos plantea la realidadno son de «libro de texto» sino que son confusos «mal portados», singulares. Establecer como premisa de la relación de aprendizaje el supuesto de que no se vale fallar, limita la disposición a explorar, la confianza que debe tenerse para emprender procesos de prueba y error y la presencia de ánimo para asumir riesgos y para transitar caminos nuevos.

Esta destreza se funda sobre la posición, divulgada por la neurociencia yampliamente compartida, de la neuroplasticidad cerebral, esto es la capacidad del cerebro de ser modificado por insumos procedentes del entorno, entre ellos, los nuevos conocimientos. Eso permite afirmar que aprender a andar en bicicleta, a leer en francés, o aprender química, modifica nuestro cerebro. No que lo haga más grande sino que hace que neuronas y núcleos cerebrales modifiquen sus interconexiones.

Hay predisposiciones naturales, pero ellas no son el fin de la historia. Cada niño que nace tiene toda la vida por delante por hacer más o menos con esas predisposiciones, de manera que el esfuerzo juegue un papel de importancia en el potencial que finalmente desarrollamos. Así que lo del cociente de inteligencia un día vendrá a ser algo así como la foto que tenemos en la primera cédula de identidad que obtuvimos: sí, somos nosotros, pero nadie nos reconocería.

Esto pone al padre, al maestro, al jefe, al coach,la tarea de ser no solo expositores, sino desarrolladores de la disposición al esfuerzo de quien aprende. Antes bastaba con que te mostraran dónde estaba la explicación. Hoy es necesario que te ayuden a entusiasmarte por entenderla.

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