Dudas o visiones

Dice Dominique Moisi (La Nación, 4 junio 2010) que los jóvenes europeos, no creen en Europa. Y lo contrasta con la forma como los ideales de una Europa unida en los años 50 del siglo pasado, hicieron posible la realización de ese sueño.A lo que alude, es a la falta de una visión suficientemente movilizadora. Hoy, según Moisi, en Europa, asolada por la crisis,los jóvenes sueñan con un poco de certidumbre laboral. En Costa Rica, donde según las noticias, ya se recuperaron los empleosformales que se perdieron con motivo de la crisis, ¿Con qué sueñan los jóvenes?

En 1960 Kennedy desafió a los Estados Unidos con poner un hombre en la luna antes del final de la década. Eso se cumplió en 1969 cuando ya Kennedy no andaba por aquí. Los pueblos necesitan grandes desafíos. Desafíos que puedan formularse de manera simple. Con los cuales cada persona pueda identificarse, lo cual no quiere decir solamente, que cada uno aplauda el desafío, sino que cada persona pueda descubrir en su hacer cotidiano cómo contribuir al logro de ese sueño.

En su libro “Empresas que perduran” Jim Collins cita algunos ejemplos de formulaciones de visión que han llenado de energía a las empresas proponentes.Unas suenan como arengas. Otras como lemas. “Resolver innovativamente problemas no resueltos”, dice 3M. “Hacer feliz a la gente”, dice Walt Disney. “Dar a la gente ordinaria la oportunidad de comprar las mismas cosas que compra la gente rica”, dice Walmart. “Preservar y mejorar la vida humana”, dice Merck.

Los pueblos necesitan visiones. Los gobernantes también. Cuando ambas coinciden, la energía se focaliza y los milagros ocurren. Si el maestro que enseña, la chica que aprende, el obrero que se afana, la intelectual que piensa, el ejecutivo que decide, el funcionario que gestiona los asuntos públicos, logran descubrir cómo contribuir al logrode esa visión, se estaría convocando la energía que suma y el país “entraría en resonancia”.


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