Nos hemos acostumbrado a pensar que la economía solo tiene que ver con asuntos de dinero. Falso. Tiene que ver con las elecciones que las personas hacemos. El estudiante elige estudiar esta noche en vez de ir al cine. Un trabajador elige trabajar al mínimo porque considera que lo que se le paga es injusto. Otro elige entregar una medida llena, rebosada, a pesar de que también se siente mal pagado.
Los políticos toman decisiones siguiendo principios económicos. Los diputados eligieron gestionar un aumento de sus remuneraciones, a pesar de que se veía venir un clamor popular adverso. Aquí, estaban comparando un logro inmediato, contante y sonante (modificar el salario), contra un costo futuro intangible (la pérdida de imagen o de capital político).
Dejo volar la imaginación y pienso que la señora Presidenta siguió el principio ético de no firmar una ley que la beneficiara. Pero cabe también pensar que hizo el cálculo de que todo el asunto,no tenía costo para ella, porque eran los diputados quienes lo estaban impulsando. Oponerse, iba a crearle un costo –distanciarse con los diputados-a cambio de nada. Luego, cuando el clamor popular subió de intensidad, apareció una ganancia posible: quedar bien con el público, con el costo de distanciarse de los diputados.
¿Cuál será el resultado final de este fallido trámite?. Todaslas predicciones son aventuradas. El público podría recordar a la señora Presidenta como la que detuvo la acción de los diputados. O pensar que corrigió su decisión cuando vio el costo que tenía. O la ganancia posible. Los diputados podrían sentir que ella les enmendó la plana, o les zafó la tabla. La gente quedará con la idea de que si no hubiera sido por el malestar popular, los diputados se habrían salido con la suya o sea, que no pueden autoregularse. Y sería bueno que el pueblo sintiera que no está pintado en la pared y que tiene influencia en los asuntos públicos.