Ahí donde una vía secundaria confluye en una vía primaria, si no hay un semáforo o un policía de tránsito, los conductores que transitan por la vía secundaria, quedan a merced de la buena voluntad de quienes lo hacen por la vía primaria. ¿Qué derecho tienen los de la vía primaria de obstaculizar el derecho de circulación de los de la secundaria? No tienen derecho. Lo que tienen es fuerza. Son más. Van más veloces. Representan un riesgo para los otros.
He escuchado en algunos medios estadounidenses, que ese conflicto se puede resolver con sentido común y solidaridad. Recomiendan que al igual que un zipper hace su función cuando tras un diente de un lado vieneun diente del otro, todos los vehículos pueden circular si cada conductor de la vía primaria, facilita la entrada en ella de un conductor que está en la vía secundaria.
Nuestro problema del tránsito es agudo. Hay soluciones delargo plazo, que merecen pensamiento, decisión y ejecución. Pero que no van a resolver el problema de esta semana. A éste, hay que atenuarlo, aliviarlo, paliarlo.
La aplicación de algo como el zipper, en todas las confluencias y en algunas intersecciones, es una medida eficaz. Como es eficaz lo que está haciendo la policía de tránsito: haciendo más anchas las vías de circulación en el centro de la ciudad, de la manera sensata en que eso se puede lograr a corto plazo: sancionando a quienes se estacionen en lugares prohibidos. Quien estaciona en lugar prohibido, lo hace por comodidad. Pero perturba el derecho de circulación de los demás, de manera que no debería poder salirse con la suya, haciendo el buen negocio de obtener comodidad individual a costa de la incomodidad de muchos.
Los empiristas dicen que todo conocimiento entra por los sentidos. A lo mejor la congestión vehicular nos resulte una excelente caja de arena, como las de preescolar, para aprender formas eficaces de buen comportamiento comunitario, que es el objetivo de la educación cívica.
PD/Si necesitan un título más largo, podría ser : El zipper y la educación cívica.