La parroquia virtual

Imagine una ferretería con“autoservicio”, con asesores que aconsejan al cliente sobre los mejores productos y sobre cómo resolver problemas, con catálogos digitales donde el clientehace búsquedas muy amplias, con servicio express, con talleres para hacer ciertas operaciones, por ejemplo, recortar una puerta de madera, cortar o agujerearpiezas de hierro.Imagine otra ferreteríade barrio donde el dueño está detrás del mostrador y la gente llega, pide, recibe, paga y se va.Aquí tenemos a la vista dos distinos modelos de negocio.

La tecnologías de información y comunicación (TICs) han transformado nuestro mundo. No que las cosas se puedan hacer más rápido, o que se puedan hacer cosas más complejas, sino que se pueden hacer cosas que eran impensables. El teléfono personal era impensable hace poco tiempo. Y mucho más, la “oficina” que constituye un teléfono personal moderno, con GPS, Internet, agenda, calculadora. Por eso hay mucha oportunidad de mejoramiento envuelta en la búsqueda de formas diferentes de hacer las cosas.

Nada me ha convencido más de que es necesario repensar los negocios, la educación, la función pública, la prestaciónde todo tipo de servicios, que el contacto con algo que podría denominar como una parroquia virtual. Se trata de una parroquia franciscana ubicada en Raleigh, Carolina del Norte (http://www.stfrancisraleigh.org/), con una página web amistosa, amplia, muy completa. Entré ahí, busqué algunas cosas, y alguna que no encontré me llevó a un vínculo, al cual hice mi observación.

A las pocas horas, recibí la respuesta: ¡De parte dela Conferencia Episcopal de Estados Unidos¡ ( http://www.usccb.org/nab/today.shtml)

Pensé en la posibilidad de invitar al público a recibir actividades formativas, o a ofrecerse como voluntarios. En la divulgación de problemas comunales para levantar la sensibilidad. En la búsqueda de opinión de los fieles. Y pensé que si la milenaria iglesia tiene oportunidades para mejorar su eficacia … nadie puede mirar en otra dirección cuando se trata de revisar lo que hacemos y cómo lo hacemos.


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