Para despejar nebulosas

Solo en los textos escolares, los problemas aparecen planteados con nitidez. Todos los demás, llegan a nuestra atención como nebulosas, para aclarar las cuales hay que formular preguntas. Esto, no es tiempo perdido, porque las respuestas casi que brotan de las preguntas, si éstas valen la pena.

El caso hondureño, es nebuloso. Las naciones y organismos internacionales, quieren obligar a Honduras a restituir a su depuesto presidente. Muchos hondureños temieron en su momento que su Presidente le estaba haciendo el caldo gordo al ALBA. ¿Tiene un pueblo derecho a sus temores? ¿Tiene un pueblo derecho a actuar preventivamente? ¿Habrá golpes a secas y golpes con atenuantes?¿Y si no destituyen al Presidente y éste confirma los indicios existentes a la hora de su destitución y se enrumba hacia una modificación legal del régimen democrático como ha ocurrido en Venezuela y Bolivia, qué hubieran hecho las naciones? ¿Lo mismo que han hecho en Venezuela y Bolivia? ¿Representaba eso alguna esperanza para los hondureños no albistas? ¿Se han preguntado las naciones que con razón condenan el golpe, si su vehemencia le está “haciendo el mandado” a Chávez? ¿Estarán los golpistas atajando a Chávez y resolviendo un problema para Honduras y para los no albistas de Centroamérica y del Caribe?

Y sobre el regreso del depuesto presidente, ¿Qué ocurrió? ¿De pronto llegó a tocar la puerta de la embajada brasileña y de dentro le preguntaron “quién es”? ¿O sabían los brasileños quién y a qué hora les iba a tocar la puerta? ¿Si esto fue así, no envuelve esta acogida una indebida intervención en los asuntos hondureños? ¿Si este regreso desencadena incidentes violentos cuál sería la responsabilidad de Brasil?

¿Negar, como hace el Secretario General de la ONU,el apoyo a las elecciones, no es negar ad perpetuam la posibilidad de que se restaure la institucionalidad en Honduras, si es que está interrumpida? ¿Le cabría a la ONU la responsabilidad por la prolongación del gobierno de facto?


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