No viviremos para siempre

Alan Axelroden un libro cuyo título traducido sería “Perfiles de audacia” narra una anécdota sobre la fundación de CNN. El señor Turner tenía la idea de que había una oportunidad en crear un canal de televisión que ofreciera noticias las 24 horas. Tocaron las puertas de las “cableras” pero no encontraron una disposición a apoyarlosy la ejecución del proyecto fue perdiendo brío.Entonces un día, un colaborador muy cercano falleció repentinamente. Narra el autor que Turner, llamando a otro compañero de aventura, le dio la noticia de esta manera: “¿Sabes qué le pasó a Bill Lucas hoy? – No. ¿Qué pasó? – Le dio una hemorragia cerebral. Va a morir. ¿Sabes qué? ¡Ninguno de nosotros va a vivir para siempre! ¡Así que escucha, Reese, hagamos esto, con o sin apoyo!

Dice el autor que la muerte del amigo fue un momento de preguntarse¿Si no ahora, cuándo? ¿Si no yo, quién?

Cada uno de nosotros tiene una lista de proyectos que va a ejecutar “más adelante”, y ese más adelante podría no existir radicalmente como en el caso narrado, o podría tener circunstancias que ahora no imaginamos y que hicieran imposible su realización. Y no se trata solo de proyectos empresariales. Se puede tratar de aprender a tocar un instrumento, de hacer un viaje, iniciar una colección, sembrar un árbol, visitar al viejo amigo, volver a leer aquel libro, o regresar a aquel sitio cuya fotografía nos lleva a detenernos y suspirar.

Dicen que el tiempo se nos va como agua entre los dedos. Más que eso. Hace menos ruido. Y como lo suponemos abundantísimo, reparamos menos en su paso.Coveyrecomienda que tengamos muy claros los objetivos y antes que eso, nuestra misión. ¿Qué es lo que realmente queremos lograr,no hoy, sino con nuestra vida? ¿Para qué estamos en este mundo? Entonces nos resultará más fácil jerarquizar esa lista de proyectos y empezar a ejecutarlos, sin dilación, sin excusa, sin posposición habitual, porque hagamos lo que hagamos, no viviremos para siempre.


Publicado

en

por