En su presentación del Plan Nacional de Desarrollo, el Dr. Kevin Casas Vicepresidente de la República, utilizó acertadamente el término pensamiento estratégico. Pensar estratégicamente es más que hacer planes. El pensamiento estratégico se concreta en planes, pero no se agota en ellos. Nace de un sueño, de una visión, de una ilusión. Y su ejecución se nutre del entusiasmo que esa visión despierte. El plan ha de tener lógica. El pensamiento estratégico,lógica y corazón.
Todo plan tiene imperfecciones. Pero éstas se resolverán en el proceso de suejecución. Cuando un buen arquitecto nos hace el plano de la casa, lo vemos detenidamente, lo consultamos, lo criticamos y finalmente lo aprobamos. ¿Pero quién no se ha encontrado con la necesidad de introducirle cambios a los planos según se ejecuta la obra? El problema es que la realidad tiene sus caprichos que el planificador no puede prever.
Se puede mirar el Plan desde otra perspectiva. Hace unos meses se sentía la carencia de rumbo y timonel. Luego se instala el timonel y ahora se explicita destino y ruta. El Plan no predice cómo va a ser Costa Rica. Lo que hace es plantear racionalmente dónde hay que concentrar los esfuerzos presentes, para lograr construir un país mejor, el cual queda dibujado en el plan de manera clara y con trazos simples.
Posiblemente se le podrán encontrar defectos al plan con el inconveniente de que en corregirlos se vaya el tiempo. En este momento históricomás parece que lo que a la nación le conviene es caminar en la dirección trazada,aunque a algunos pudiera parecerles que no es la ideal. Después de mucho hablar y mucho escribir, de mucha parálisis provocada por el análisis, será beneficiosa una inmersión en la disciplina del hacer.
Es más fácil formular un plan que ejecutarlo. La tarea no es solo del Gobierno. La acción eficaz demanda creer que los logros son posibles. Que vale la pena el esfuerzo. Y que cada uno de nosotros tiene un puesto en ese esfuerzo. Ahí está la visión y la ruta. Pongamos el entusiasmo.