Estrategas eclesiásticos

El presbítero Mauricio Víquez (La Nación 20 enero 07) señala las posibilidades y las deficiencias de las parroquias. Al leerlo parece dibujarse la hipótesis de que se carece de lo que en el mundo empresarial se denomina una estrategia, empezando por la falta de una visión, esto es, de un sueño realizable,posible aunque de momento casi poético.

A nadie se le ocurriría confundir a un obispo con el gerente de una cadena de establecimientos de comida rápida, pero desde el punto de vista de la eficacia, de lograr lo que es valioso lograr, ambos tienen estrechas semejanzas. ¿Por qué el gerente se siente inclinado a utilizar herramientas gerenciales y el obispo –adivino- tendría una cierta resistencia?

Hace años postulé en un conocido libro de texto que son empresastodas las entidades de acción libre y racional que satisfacen necesidades externas a sí mismas, a cambio de la obtención de algo material o inmaterial. Esta formulación la cumplen entre otras, las cadenas de comida rápida, las iglesias, los partidos políticos, las asociaciones deportivas, los clubes sociales, las agrupaciones artísticas.

Ante las herramientas gerenciales probadas, como por ejemplo la formulación de estrategias, las entidades de acción que no son empresas mercantiles, podrían sentir una cierta timidez. Podrían pensar que solo pueden utilizarlas quienes ostentan grados académicos en el campo de la gerencia. Cuando la verdad es que siempre que estamos accionando, utilizamos teorías, conceptos y herramientas. Que nadie acciona sin ellos. Que la cuestión no es si utilizarlas o no sino si utilizar las correctas o las incorrectas.

Los conductores de entidades no mercantiles, podrían pensar que la utilización de herramientas gerenciales podría contaminar lo augusto o trascendente de su función. Ese sería un prejuicio equivocado. Si para erigir una catedral hay que utilizar grúas y batidoras. ¿Por qué para robustecer una iglesia no se puede utilizar el pensamiento estratégico?


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