La acción humana, los resultados que vamos obteniendo de nuestras decisiones y actos de todos los días, encuentra referencias analógicas en la actividad de ir recorriendo caminos.Hoy, cuando se acerca el final del año, sentimos que hemos recorrido un tramo del camino y vamos a iniciar otro. Posiblemente como seres humanos experimentamos el movimiento de ir caminando en el tiempo. Vemos de dónde venimos, vemos las encrucijadas con los trayectos de otros, vemos hacia dónde vamos y no podemos remediar sentirnos caminantes. En la historia del pueblo judío, los cuarenta años con Moisés al frente hacia la tierra prometida, se han trasladado al pueblo cristiano que canta y ora mirándose a sí mismo como un pueblo peregrino.
El cambio vertiginoso de la modernidad, nos lleva a ver el camino recorrido por la civilización y vemos al ser humano pasando de recolector a agricultor, luego a primitivo manufacturero. Vemos la explosión de la revolución industrial, la cual parecía incomparable en magnitud hasta que apareció la revolución electrónica que aun nos tiene con la boca abierta. Y antes de que la cerremos ya estamos deslumbrados por la biotecnología.
En las empresas el verbo ir se utiliza con tanta frecuencia como el verbo hacer y muchas veces ambos verbos juntos: vamos hacia una alianza, este año vamos a hacer una reforma profunda, el año pasado no íbamos tan bien como este año, si todo sigue así vamos a tener que ampliar la planta.Los muchachos estudiantes no estarán el año entrante en cuarto grado sino que van para cuarto. Y las parejas van a casarse o van a tener otro hijo. Ir, ir, ir … todos vamos. Nadie está aquí para quedarse.
No es sorpresa que los poetas también hayan utilizado de mil maneras el verbo ir y la metáfora de los caminos. Empezando por el tango en que aquél sentía que iba cuesta abajo en su rodada. O el proverbio chino de que el camino más largo comienza por el primer paso.O en las expresiones de los que enfrentan dificultades y sienten que van cuesta arriba. Pasando por la frase latina per aspera ad astra que nos dice que para llegar a las estrellas hay que pasar por caminos dificultuosos. O la amenaza velada en el dicho de que arrieros somos y en el camino nos encontraremos.
Los buenos propósitos se critican diciendo que de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. Y desde niños se nos dijo que ancha es la senda que lleva a la perdición. En las dificultades aguzamos la vista para tratar de ver el final del túnel y si las dificultades son de verdad intensas hablamos de que alguien está pasando por la calle de la amargura.
Aproducir resultados de impacto, a tener influencia, se le denomina dejar huella, lo cual suena más trascendente y sin duda más romántico. Y pocos se resisten, cuando se trata de elegir rumbos estratégicos, a citar al gatito de Cheshire que en Alicia en el País de las Maravillas,nos dice que cualquier camino es bueno si no se sabe a dónde ir.Con Antonio Machado, para muchos a través de Serrat, se hace camino al andar y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver apisar.
José Asunción Silva nos recomienda quecuando nos canse lo largo del camino …recordad que sois un peregrino y seguid avanzando… yde Bravo,hoy ha encontrado a un hombre caminando, sin pedir compañero, caminando , sin que hubiera camino caminando…. Y de lejos llega el recuerdo de una dulce canción: Que nadie detenga, su andar decidido, aunque el fruto de sus pasos, parezca perdido. Y para terminar, como Cavafis, en una citaque seguramente le leí a Víctor Flury, les deseo que en el viajeque están a punto de continuar,el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias.