El humor es primo hermano de la alegría.En cambio la seriedad no tiene nada que ver con la tristeza. Tiene más que ver con el compromiso con los objetivos.Tomarse algo en serio es dedicarle tiempo, dedicarle atención, mantener un estado de ánimo que corresponda a la situación. Si estamos en algo “mientras tanto”, si lo hacemos “por si pega”, si ponemos el esfuerzo con cuentagotas, entonces no lo estamos haciendo con seriedad. La expresión “agarrar el toro por los cuernos”, implica seriedad.Si lo agarramos por un cuerno, estamos como que sí y como que no y en cualquier momento, podemos soltarlo y huir. Si lo agarramos por la cola, como los chuscos en los festejos, estamos simplemente metiendo ruido, haciendo coro, degradando el enfrentamiento. Agarrar el toro implica haber identificado la causa del asunto a resolver. Implica la resolución de enfrentar algo difícil.Se puede hacer un chiste a propósito de una situación amenazadora, pero no se puede mantener un estado de ánimo de superficialidad ante esa situación. La reacción apropiada es darse cuenta de lo que ocurre, darse cuenta de las circunstancias, reconocer los propios sentimientos de malestar y de temor ante la amenaza, y luego disponer el ánimo a la prueba.
El tiempo del trabajo se puede ver perturbado por bromas, o por divagaciones. En algunas empresas las personas no tienen tiempo que perder: alguien viene con una consulta, se la resuelven cordialmente y todos continúan con el trabajo. En otras, cada intercambio es un motivo de tertulia, de intercambio de chistes. En algunas empresas, el lenguaje que se utiliza en los intercambios es directo, orientado al objetivo que tenga ese intercambio. En otras hay divagación, lenguaje ambiguo, intercambios vacíos, multitud de distractores. El lenguaje superficial puede llenar una necesidad.Es muy demandante estar todo el tiempo utilizando el lenguaje como herramienta para lograr objetivos. Pero el recreo, el espacio para la jocosidad, han dereducirse y ubicarse prudencialmente. Un sitio de trabajo ha de sersuficientemente apacible como para que la mente pueda aplicarse durante largos períodos a los asuntos que está manejando.
Si imaginamos el espíritu como una fuente de luz, podemos distinguir que hay espíritus intermitentes, que ahora iluminan, ahora se apagan. Los hay de luz difusa que iluminan muchas cosas a la vez. Y los hay focalizados – con el foco concentrado – en los asuntos que importa. En el estudio, en la resolución de problemas, en el trabajo manual, en la reflexión, en la creación, los resultados son distintos si la energía del espíritu se focaliza en lo que se tiene entre manos.
Los expertos en buen manejo del tiempo recomiendan trabajar de lleno cuando hay que trabajar y recrearse plenamente cuando hay que recrearse. Quien ha tenido una semana de trabajo intenso, merece un fin de semana de recreación intensa. En cambio para algunos,la semana de trabajo es una combinación de trabajo y recreación improductivamente combinados y el fin de semana los encuentra con trabajo pendiente,el cual hace que el tiempo de descanso pierda calidad, bien por tener que dedicar horas al trabajo o por la ansiedad que produce el asunto pendiente.
Muchas personas dicen que experimentan una alta productividad cuando se quedan una hora más en la oficina, sin teléfonos, sin interrupciones. Lo que están diciendo en parte es que sus compañeros dificultan su concentración. El ambiente de trabajo propicio, depende de todos. Es una responsabilidad de cada uno contribuir al confort del otro en el trabajo, o al menos no convertirse en una perturbación.