La noche es larga

Quienes fueron estudiantes de don Mario Jiménez Royo en la Universidad de Costa Rica, nunca olvidarán su expresión, cuando recibía quejas sobre lo laborioso de un trabajo o sobre el corto tiempo que había para entregarlo. Entre burlón y dulzón, solía alentarlos diciéndoles que “la noche es larga y la madrugada rendidora” .Creo que en algún momento debimos haber esculpido esa frase en los muros de la Facultad.

Es esa una alusión criolla a “per aspera ad astra”, que nos promete las estrellas a partir de las dificultades.Es una convocatoria al trabajo diligente y perseverante . Todo lo contrario del facilismo, de la cultura “light” y del fin de semana que empieza el jueves por la tarde.

Es muy frecuente la queja de que se tiene mucho trabajo. Lo del mucho o poco trabajo es relativo. Hoy se habla de la necesidad de que las personas y las empresas se estiren para hacer más con los mismos recursos. Hay como un ritmo vital en las personas y en las sociedades . En algunas ciudades la gente camina más rápido que en San José. En algunas empresas la información, las personas, las decisiones, van a una velocidad mayor que en otras . Claro que si todo se hace a menor velocidad, siempre habrá la sensación de que hay mucho trabajo. Estirarse un poco en un esfuerzo moderado y sostenido puede elevar los niveles de desempeño.

El confort, tan atractivo, tan disfrutable,ablanda. El stress, hasta un cierto nivel, no sólo no es dañino sino que actúa como un estimulante .Me contaba una amiga sobre un joven que ingresó al servicio de una institución y que comentaba que el puesto no le gustaba, pero que su ilusión era llegar a alcanzar algún díael puestodel jefe de la oficina. ¿ Y qué hace tu jefe ? le preguntó mi amiga. Y el muchacho contestó : “! Nada ¡” .Si la aspiración de un muchacho es llegar a no hacer nada, si el puesto ideal es aquél que podemos desempeñar sin siquiera despeinarnos, aviados estamos.

No se trata de buscar la dificultad por la dificultad, excepto en el gimnasio o en el bicicross. Es razonable buscar maximizar los resultados con los recursos disponibles, lo cual quiere decir que se elige el camino de menor esfuerzo. Pero arrugarle la cara a la tarea difícil no solamente es dañino socialmente sino que desde el punto de vista individual, eliminaretos y en consecuencia, reduce oportunidades de desarrollo personal. La administración mezquina de nuestra energía y de nuestro tiempo podría hacernos pasar por el tiempo sin gran esfuerzo pero también sin grandes resultados ni aprendizajes . No parece saludable buscar el dolor o la dificultad.Pero sí parece que deberíamos estar en guardia con respecto a las consecuencias deteriorantesde querer siempre y en todo “tirársela rico” .

He visto personas trabajando de manera que muestran corporalmente su concentración. Su pensamiento parece congruente con sus movimientos: parece que están en lo que están. He visto a otras, trabajando con una gran disponibilidad a la distracción, como si el estado natural fuera el jolgorio y el trabajo una interrupción pasajera .

Hace tiempo, cuando el trabajador manual dejaba el empleo, dejaba ahí sus herramientas, su tiempo y su energía. No se llevaba nada . En nuestros días, cuando eltrabajador del conocimiento deja un empleo, se lleva la herramienta con la cual trabajó -su cerebro- y se lleva también los frutos de su desarrollo personal y profesional. Ese desarrollo depende del número y calidad de los asuntos novedosos, difíciles, desafiantes en que esa persona ha participado. Cuanto más cosas estemos dispuestos a emprender, a acometer en nuestro hacer ordinario, más valioso será el software que iremos acumulando con ocasión de ese trabajo.

La reciedumbreaplicada al trabajo y al vivir, abre oportunidades fecundas. Se trata de aceptar lo difícil, serenamente y sin aspavientos.