Los conceptos tienen cargas, como los electrones y los protones. Enseñar tiene cargas positivas. Aprender también tiene cargas positivas, pero no tantas como enseñar. Ignorar tiene cargas negativas . Ocultamos la ignorancia, nos avergonzamos de ella. Aceptamos que la relación entre el que aprende y el que enseña es asimétrica y entraña una cierta dependencia o sumisión . Eso debe tener raíces que se pierden en la historia. El saber ha estado siempre ligado al poder y muchos saberes han estado ligados al misterio de la conexión con lo divino.
En estos tiempos de explosión de la cantidad de información, de la multiplicación de los medios para acceder a ella; en estos tiempos en que es imposible ser enciclopedista y poder dar cuenta de todos los campos del conocimiento humano, aquella concepción del saber y del aprender tendrá que modificarse. El profesor no lo sabe todo, el estudiante puede aprender por sí mismo, los mayores tienen que aprender con dificultad lo que los jóvenes, inmersos en la onda de los nuevos instrumentos y métodos, aprenden sin darse cuenta de que lo están aprendiendo. En ese proceso de abandonar la vieja concepción , conviene ir practicando lo siguiente :
Que nadie se tenga que disculpar por no saber . Es imposible saberlo todo. Es falta de humildad sentir apuro por no saber algo. El aprendizaje se ve obstaculizado por la soberbia: quien cree que todo lo sabe, no puede aprender. Llama la atención que nos disculpamos hasta por las preguntas más elementales: “¡ Disculpe. Podría decirme qué hora tiene !” Si sentimos el impulso a disculparnos cuando preguntamos es porque consideramos que preguntar es al menos indebido.
Venimos de una cultura que condena la ignorancia: no saber algo en la escuela era motivo de vergüenza . Hay expresiones de origen escolar que lo muestran : “ ese no sabe ni cuánto es dos más dos ““no conoce ni la‘o’por lo redondo” y en España dicen de alguien con poca habilidad , que “no puede ni hacer la‘o’con un canuto”.Creo que de las fábulas europeas ha salido lo de que quien no sabe es un burro y en muchos cuentos se llega a pruebas en las cuales saber permite casarse con la princesa yno saber conduce a la decapitación.
La ignorancia aceptada es valiosa. La ignorancia confesada es una petición de enseñanza. En vez de considerar la ignorancia como indeseable, conviene considerar el saber como deseable, lo cual haría aplicable aquélla frase tan bella de que espreferible encender una vela que maldecir la oscuridad . Está bien que socialmente se estimule el aprendizaje, pero losincentivos negativos no son los mejores para estimularlo. Son más bien un estímulo para luchar contra la ignorancia. Y uno de los caminos es ocultarla. Ocultar la ignorancia es riesgoso. El que aparenta saber puede cometer errores. Ese tiene que recurrir a “jugársela” por no haber aceptado humildemente que no sabía .
Cuando enseñemos, consideremos que el conocimiento que tenemos es puramente circunstancial. Se debe a que somos más antiguos en el puesto, hemos leído otros libros, tuvimos otros trabajos,y no una manifestación de nuestra superioridad . Quién sabe por qué razón,la ignorancia del otroproduce un poco de ira: los profesores se enfadan con quienes no entienden ; los jefes también. Además a la ignorancia sobre un asunto específico se la generaliza . No nos concretamos a pensar que“fulanito ignora tal cosa” sino que nos formamos la idea de que“fulanito es un ignorante “.
Se aprende mejor en atmósferas propicias. Un rasgo distintivo de unaatmósfera de aprendizaje es la seguridad. Los participantes deben tener la seguridad de que se les tratará con respeto sepan lo que sepan e ignoren lo que ignoren. Otro, la solidaridad. Produce regocijo el sentirse partícipe de un proceso en el cual todos estamos aprendiendo. En un ambiente así, se irá disminuyendo la asimetría entre los que enseñan y los que aprenden y el conocimiento vendrá a ser autogestionado.Aprender será menos arduo y dejará de ser el ejercicio aversivo que es para muchos.