Cuando vemos uno de esos juguetes que se operan a distancia, es evidente que quien tiene en sus manos el aparatito de dar órdenes, llamado “control”, es dueño del destino del bichito, el cual se moverá al son de las órdenes que reciba. Decimos entonces que su centro de control está ubicado externamente. En eso pienso cuando escucho decir a un trabajador que su rendimiento es bajo porque su jefe no lo motiva. Veo una caricatura en la cual de sus riñones salen los cables que terminan en una misteriosa cajita en las manos de su jefe. “ ¡Jefe: mueva los controles. Deme vida . Motíveme!
En el análisis de la personalidad emprendedora -lo que llamaríamos la empresaridad – se ha dicho que uno de los rasgos característicos es que el emprendedor – o el empresario- tiene ubicado su centro de control dentro de sí mismo. Esto quiere decir que la fuente de energía que lo mueve, está dentro de sí mismo. Es la convicción de que puede hacer algo, o el deseo de hacerlo, o el entusiasmo por medir sus fuerzas contra las de las circunstancias.
Tal vez sería posible identificar cuál es el grado de espíritu emprendedor que tiene un pueblo si escucháramos lo que habla la gente en los sitios públicos, por ejemplo en los buses . Podríamos afirmar que el pueblo es poco emprendedor si escucháramos con frecuencia expresiones como “me cogió tarde”, en vez de “me retrasé” . O “me sonaron en el cole” en vez de “perdí el año” o “el gobierno no nos ha ayudado” en vez de “nos estamos organizando para resolverlo” .En todos estos casos el centro de control se supone ubicado fuera de la persona .
Sería falta de realismo negar que las circunstancias tienen un peso importante sobre los resultados. Pero dejarle a las circunstancias el papel de protagonistas exclusivas, sería ponerles la etiqueta de “destino” y de ahí en adelante, la libertad y la responsabilidad de las personas, podrían tomarse unas largas vacaciones. Tiene menos sentido contarhistorias que hacer planes sobre el futuro. Cada uno de nosotros puede dar una explicación plausible sobre por qué no ha logrado concretar tal o cual proyecto o sobre por qué su desempeño global no es lo que pudo haber sido. La reorganización de la empresa, aquél jefe castrante, la fusión con la empresa extranjera, la interrupción de los estudios que iba a ser temporal y se hizo permanente, podrían explicar por qué estamos como estamos. Esto puede tranquilizar, puede dejar el sabor de una justificación. Pero mucho más rica y mucho más fecunda es la cuestión de qué es lo que vamos a hacer a partir de ahora, a partir de esta situación que es un producto de todas esas circunstancias. Este es el punto en el cual termina la excusa y nace el desafío. Aquí termina la historia y nace el plan .
Leí en una historia sobre Freud que cuando uno de sus hijos al comer se mordía la lengua, él los hacía preguntarse por qué se habían mordido, porque -afirmaba- siempre es posible encontrar la intención aun en aquéllos actos aparentemente accidentales, haciendo de esta manera al yo más y más responsable .
El hombre deja su huella por donde pasa. ¿ Qué necesidadtenían los habitantes de las cuevas de dejar su marca en la forma de pinturas rupestres ? Sin entrenamiento en empresaridad, sin psicólogos , sin orientadores educativos, el ser humano prehistórico dejó su huella . Los escritores del Antiguo Testamento muestran su sabiduría cuando dicen que Dios creó al ser humano para que sometiera y dominara todo lo creado . La cultura – todo lo que el hombre ha hecho – es una muestra de la forma como el hombre ha atendido a ese designio. ¿Son entonces la pasividad, la falta de espíritu emprendedor, el subdesarrollo, la marginación,una anomalíapersonal o una anomalía social ? Creo que ganaríamos en efectividad si tomáramos conciencia sobredónde suponemos que se ubica el centro de control de nuestro accionar. Sería como darnos cuenta de con cuánta frecuencia asumimos el papel de pacientes en vez de asumir el papel de agentes .