La alta competencia entre empresas va haciendo cada vez menos útil el cambio cosmético, sólamente externo. En otros tiempos un cambio de nombre, o de ubicación o de logotipo, despertaba la atención de los clientes. Tampoco para muchas empresas van siendo efectivos los cambios que implican simples mejoramientos aislados. Mejorar en distribución o en empaque, o en sistemas de información, en algunos sectores productivos, ya no es la fórmula salvadora. En algunos sectores lo único que puede garantizar la supervivencia, es la reinvención, esto es, hacer cambios tan profundos que impliquen casi un nacer de nuevo a través de cambios revolucionariosal producto, transformacióndel servicio al cliente, modificaciones financieras en beneficio del cliente.
En países desarrollados, esa exigencia de cambio a las empresas, se ha traducido en una exigencia de cambio a muchas personas que sólo unos años antes tenían su supervivencia económica asegurada, en empresas estables, sólidas,que no enfrentaban mayores amenazas . Para algunas de estas personas, el cambio requerido significó trasladarse a otras empresas del mismo ramo. Para otras, la aplicación de talentos viejos a actividades nuevas y para otras muchas, de pronto cesantes a mitad de su vida laboral,la exigencia de adquirir talentos nuevos, mediante conocimientos formales, desarrollo de habilidades latentes opuesta en funcionamiento de actitudes no utilizadas.
Tenemos unos talentos que no utilizamos. En nuestro trabajo de todos los días hacemos uso de unos conocimientos y de unas habilidades, pero no de todos los que poseemos.La demanda que la vida diaria hace de nuestros talentos nos lleva a utilizar unos y a dejar otros en desuso y eso va formando el contexto dentro del cual nos desenvolvemos.Tracy Goss y otros lo decían hace años en un artículo publicado por la Revista de Negocios de Harvard: “Las personas tienen contextos lo mismo que las empresas. Nuestro contexto individual es nuestra estrategia oculta para lidiar con la vida; determina las escogencias que hacemos. A primera vista, nuestro contexto es nuestra fórmula para ganar, es la fuente de nuestro éxito. Pero una mirada más profunda revela que este contexto es la caja dentro de la cual opera una persona y determina lo que es posible o imposible para ella… “ .
Entonces, el desafío es reinventarse . Para ello es necesario que la empresa, la persona, el país,se hagan conscientes de la“caja” en la cual se encuentran , dentro de la cual se desenvuelven con comodidad, la cual les da seguridad pero a cambio les limita las posibilidades de ser más plenamente lo que son o de realizar otras posibilidades distintas. Lo que Costa Rica es hoy, lo que tal empresa es hoy, lo que cada uno de nosotros es hoy, es sólo una de las varias posibilidades de ser que tenemos .
Es posible adquirir conciencia de la “caja” que nos aprisiona. Esa “caja” está formada por limitaciones auto-impuestas,porignorancia de la potencia de nuestros talentos o por debilidades imaginarias. Algunos podrán hacerlo a través de preguntas como las siguientes, formuladas en un ambiente de sosiego, respondidas con ingenuidad de niño, sin temor ni vergüenza:
Preguntémonos -en la empresa, en el país, en cada uno- :
¿ Por qué no ? ¿Por qué no se puede realizar mi sueño ? ¿Por qué no podríamos ser lo que soñamos en aquel sueño que abandonamos ?
¿ Para qué somos buenos ? Si volviéramos a empezar, ¿ En qué tendríamos más éxito ? ¿ En qué rendiría más frutos nuestra energía y nuestro tiempo ?
¿Cuáles de nuestras limitaciones son reales ? ¿Cuáles son sólo imaginarias?
¿Cuáles talentos -conocimientos, habilidades, actitudes- palpitan ahí dentro y no están siendo utilizados ?
Aún después deobtenidas unas primeras respuestas, conviene volver a formularlas porque hay preguntas tan ricas que según nos las volvamos a plantear, vuelven a estimular respuestas cada vez más verdaderas, porque la verdad no sale a flote a la primera, y a la tarea de reinventarse, conviene dedicarle su tiempo.